Cogito ergo scribere...

Cogito ergo scribere...
Cogito ergo scribere...

jueves, 19 de enero de 2017

GENIOS DE LA VIDA

Ayer, mientras repartía las notas, alguien me pidió que no las dijese en alto. Me gusta la privacidad de cada uno, pero esta se pierde normalmente cuando hay mucha gente alrededor y tarde o temprano nos vamos enterando. Por eso, desde hace tiempo intento que no os suponga un problema el que alguien sepa vuestras notas si estas no son como queréis; no lo hago por haceros daño o despiste, sino para haceros ver que todo en esta vida hay que tomarlo con calma y naturalidad, exigiéndonos pero sin que esa autoexigencia o esa exigencia a los demás nos mate de una enfermedad o un disgusto. Os repito: las notas en la escuela son importantes, claro que lo son, y os abrirán o cerrarán caminos. Tal vez os esforcéis muchísimo y no logréis entrar por el camino que os ilusiona. O tal vez dudéis mucho a la hora de elegir ese camino si tenéis demasidas puertas abiertas. Por eso, ni es tan malo que se os cierren algunas (porque os evitará darle tantas vueltas al asunto) ni es tan malo que se os abran muchas (porque podréis escoger entre varias posibilidades). Pero aunque las notas sean condicionamientos para conseguir ese futuro, no me gusta veros sufrir como ayer; no me gusta y os entiendo a la vez, porque todos los mayores hemos pasado por ahí. Yo os digo dos cosas:

- Nadie que tenga todo 10 es mejor que otro que tenga todo 0; quiero decir, cada uno tiene una capacidad diferente para llevar a cabo las cosas, y nadie es capaz de hacerlo todo bien; siempre hay parcelas de la vida en donde seguro nos vemos inseguros o débiles. Y los grandes cerebros también sacaban malas notas y tenían muchas dudas. Hay gente que se pone tan nerviosa por haber estudiado tanto que a la hora de la verdad no rinde como sabe, le entran las ganas de ir al servicio, no sé, mil cosas que no dejan hacer un buen examen. Yo, por ejemplo, en los exámenes suelo ser lenta, no como cuando os escribo, porque esto me sale del alma. En los exámenes hay que saber bien qué decir, qué será lo más correcto, hay que seleccionar bien y eso no es fácil. Así que, como os digo, incluso los grandes genios como Albert Einstein eran torpones en la escuela y sus profes creían que no llegarían a nada. Os pego algo que he leído en un artículo sobre él:

Por ejemplo, el profesor de Albert Einstein escribió: “Este chico no llegará nunca a ningún sitio”. Tampoco es que fuera un desastre (se ha exagerado mucho este aspecto), pero es cierto que sus maestros encontraban al joven Einstein lento y se quejaban de que reflexionaba demasiado antes de contestar a una pregunta. No conseguía aprender nada de memoria. No entendía las reglas y las órdenes. Rechazaba practicar deporte y esto lo llevó a aislarse. A los 16 años fue rechazado en una primera prueba de acceso a la Escuela Politécnica de Zurich por sus malos resultados en letras. Pese a ser excelente en matemáticas y física, era flojo en francés (se acababa de mudar a Suiza y no conocía el país), geografía y dibujo. Años después, el padre de la teoría de la relatividad dejó para la posteridad una de sus célebres frases sobre el tema: “La educación es lo que queda después de que uno ha olvidado lo que aprendió en la escuela”.

- Y, segunda cosa: aunque creáis que vuestro futuro se trunca por vuestra culpa, por no haber sabido tener mejores notas, tal vez os deis cuenta de mayores de que lo que hicisteis como alternativa os esté dando más felicidad que lo que pensabais que sería lo mejor. Solo tras la experiencia podemos saber si lo que pensábamos era o no cierto. Y no os atormentéis tanto por no saber qué escoger, qué vida vivir; escucháis demasiada información y es normal estar indecisos. Cualquier cosa que decidáis os hará avanzar y aprender y si luego veis que no era lo que queríais, siempre podréis hacer con vuestra elección algo que os merezca la pena. Otro ejemplo para esto: Si yo me llego a ir de clase los primeros días en que empecé a ser maestra, me hubiera perdido una de las mayores felicidades que podéis encontrar en este mundo: conocer, ayudar, escuchar, estar ahí, ser cómplices, guiar, recuperar a alguien de las tinieblas... Pues, fijaos, yo me quise ir porque no me gustó nada el principio de mi primer año de clases y lo pasé muy mal y lloré mucho. Pero todo se va viendo de otra manera cuando cogéis experiencia y domináis aquello que creíais siempre se os iba a atragantar. Siempre que podáis enfrentaros a las cosas aunque os estéis muriendo de miedo. A veces no tendréis más remedio para sobrevivir y otras será vuestro propio coraje el que os impulse. Confiad en la vida, que os dará mucho si ponéis mucho en ella.

No os retéis por notas; retaos por ser los más nobles, los que mejor sepáis estar en este mundo y aceptar las derrotas. Siempre serán enseñanzas y os harán grandes aunque paséis desapercibidos. La grandeza la sentiréis muy dentro: se llama serenidad.

La tutora

3 comentarios:

  1. gracias por ser nuestra tutora menos mal que no te rendiste porque no se que hariamos sin ti solo quiero decirte que eres INCREIBLE y que nunca se te olvide.Personas como tu hacen que la tarea de estudiar y ir al instituto sea mas facil y divertido.Gracias a tus consejos he aprendido que siempre hay que seguir luchando por muchos baches que te ponga el camino.GRACIAS

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti, Martita, a vosotros, por escoger las mejores vistas hacia los demás. Un abrazo muy grande.

    ResponderEliminar
  3. La verdad que tienes mucha razon pero no se yo por lo menos sigo pensando un poco cosas que tu has dicho que no lo hicieramos tanto y la verdad con las notas bajas que estoy sacando ultimamente(6,3)(7)me estoy agobiando un poco y no se lo veo todo mas oscuro

    ResponderEliminar